Estudiante de Unisinú – Bogotá se destaca como instructora del Esmad
La subintendente Diana Carolina Arteaga Daza, estudiante de Derecho en Unisinú – Bogotá, se destaca como una de las instructoras del Esmad. Aquí, junto a los cuadros de los Fundadores en la sede de nuestra Institución en la capital del país a donde acude diariamente a formarse profesionalmente.
Diana Carolina Arteaga Daza es una estudiante de VI semestre de Derecho en la Universidad del Sinú – Elías Bechara Zainúm en Bogotá que ejerce con responsabilidad y dedicación la compleja labor de ser instructora en el Escuadrón Móvil Antidisturbios – Esmad- en donde se encarga de enseñar sobre el manejo de armas, municiones, elementos y dispositivos menos letales.
Esta unisinuana de 32 años de edad y quien desde hace 13 tomó la decisión de ingresar a la Policía Nacional, fue objeto de un extenso reportaje en el periódico de circulación nacional “El Tiempo” en su edición del domingo por el trabajo que desempeña en esa Institución, donde comenzó haciendo carrera como patrullera y con esfuerzo y disciplina continuó su formación para lograr ascender. Hoy por hoy es subintendente y es una de las primeras mujeres que ingresó al Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, donde hoy se encarga de instruir a sus compañeros.
Para Diana Carolina su experiencia en la Universidad del Sinú – Elías Bechara Zainúm donde se forma profesionalmente ha sido enriquecedora “Ya que he complementado muchísimo mis conocimientos en la Policía Nacional con todos los temas y asignaturas que se desarrollan en la Universidad”, señala con entusiasmo.
Para la subintendente lo que aprende en cada jornada de estudio en Unisinú ha sido fundamental para su desempeño en el seno de la Policía Nacional “Todo lo que he aprendido me ha servido para fortalecer la instrucción que le imparto a mis compañeros en la Policía Nacional; hacia futuro me proyectó con mi título profesional aportando al Esmad desde la parte jurídica en defensa del escuadrón y pues, respecto a muchos señalamientos que le hacen a este y que muchas veces son injustos” puntualiza con seguridad.
Por considerarlo de interés para toda la comunidad académica de la Universidad del Sinú – Elías Bechara Zainúm y comunidad en general, replicamos a continuación el reportaje a esta valiosa Unisinuana publicado en El Tiempo.
Diana Carolina Arteaga Daza es la mayor de cuatro hermanos y es la única mujer. En el año 2000 vivía junto a su familia en San Pablo, Nariño. Para esa época contaba con 13 años.
Su papá Jesús Antonio Arteaga era agente de policía, y recuerda que en el pueblo le decían el ‘policía de los niños’ porque era muy especial con los menores, y ellos lo seguían y atendían sus enseñanzas sobre civismo y el comportamiento de un buen ciudadano.
Un día, cuya fecha prefiere no recordar, la guerrilla se metió a San Pablo: “en esos días la Alcaldía le asignaba casas a los policías porque por el temor a un ataque la gente no les arrendaba. Eran como las dos de la tarde y la guerrilla empezó a disparar contra la estación, ellos sabían dónde vivían las familias de los policías y se iban a buscarlas. El objetivo era llevarlas frente a la estación para obligar a rendirse a los uniformados”, relata con voz pausada Diana Carolina.
Cuanto notaron junto a su mamá y hermanos que se acercaban a la casa, salieron corriendo. “Nos lanzamos a un barranco y a lo lejos se escuchaban los disparos. Nos escondimos en la maleza”, señaló.
Esta mujer, hoy a sus 32 años, relata que unas horas después, “como a las cinco de la tarde regresamos y nos enteramos que mi papá, a sus 41 años, había sido asesinado junto a un niño que en el momento del ataque había ido a saludarlo”.
Nos enteramos que mi papá, a sus 41 años, había sido asesinado junto a un niño que en el momento del ataque había ido a saludarlo.
Para la familia Arteaga fue un golpe muy duro pues habían perdido al bastión del hogar. Con su madre se trasladaron a Armenia, Quindío, para iniciar una nueva vida.
Pero lejos de rechazar la figura de policía, Diana Carolina y dos de sus hermanos decidieron seguir el legado de su padre y su abuelo, “el orgullo de portar el uniforme y servir a la ciudadanía”, afirmó.
Es así como Diana terminó la secundaria en el colegio Nuestra Señora de Fátima, precisamente una institución de la Policía, y de allí pasó de inmediato a presentarse al curso de patrullera para iniciar su carrera como suboficial.
“De eso han pasado 13 años. Ingresé como patrullera y he logrado ascender. Hoy soy subintendente y orgullosamente soy de las primeras mujeres que ingresó al Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad”, señala en un tono entusiasta y muy emotivo.
Hace ocho años, a su ingreso al Esmad, la subintendente Arteaga hizo parte del primer escuadrón conformado solo por mujeres: “he estado en muchos disturbios pero recuerdo en especial que en el 2012 me dieron con una piedra en el casco que alcanzó a afectar uno de mis oídos. Los médicos lo evalúan constantemente”, señaló.
Arteaga, quien nació en Puerto Asís, Putumayo, es una adoradora del deporte: nada, trota y va seguido al gimnasio. A la suboficial le gusta cocinar y su fuerte son las pastas. En enero se casó y en la actualidad cursa sexto semestre de derecho en la Universidad del Sinú.
Además es instructora en el Esmad, en donde se encarga de enseñar sobre el manejo de armas, municiones, elementos y dispositivos menos letales.
“Cuando ingresé al Escuadrón, que estaba conformado solo por mujeres, portaba un fusil calibre 37 lanza gas. Y cuando logré especializarme lo hice en el uso de armas menos letales”, afirma esta mujer, la primera instructora dentro de la fuerza.
Arteaga reconoce que en algunas ocasiones ha sostenido fuertes debates con sus compañeros de la Universidad sobre el actuar del Esmad, pero resalta que han sido en el marco del respeto hacia las ideas del otro y en un medio del espíritu académico.
“¿Me pregunta que si he sentido miedo? Claro que sí, y es importante sentirlo cada vez que salimos a atender una situación porque eso nos permite reflexionar y auto-regularnos para evitar salir heridos; y a la vez, cómo enfrentar a los manifestantes”, asegura la suboficial, quien recalca que en cada procedimiento, como compañeros velan por la integridad del otro.
Diana Carolina aprovecha su tiempo libre, que no es mucho, para estudiar y visitar a su mamá en Fusagasugá, quien se casó y tiene una hija de 15 años, “me gusta compartir tiempo con ellas, con mi hermanita, y soñar con mi futuro. Hoy me siento muy realizada como mujer en todos los aspectos de mi vida”, afirmó.
Diana Carolina, se ve en el futuro junto a su familia, y aunque no descarta tener hijos, por ahora no son su prioridad. “Quiero terminar mi carrera y continuar en el Esmad brindando le mejor de mí a la comunidad”, puntualizó