LA EDUCACIÓN INDUJO EL CAMBIO
No se puede desconocer el encanto que suscita el apacible panorama que nos brindan las agradables y hermosas avenidas engalanadas por frondosos árboles en la denominada, en otros tiempos, Ciudad de las golondrinas. En Montería y en el valle del río Sinú, se siente el esplendor de la primavera, todos nos emocionamos al contemplar las tierras fértiles, las obras hidráulicas con sus canales artificiales para el riego y la producción de bellos ornamentos de oro, de la ancestral y acuciosa cultura Zenú. En esa querida región, es fácil palpar la integración cultural y comercial de los inmigrantes que llegaron en el siglo XIX de Líbano, Siria y Palestina debido a las condiciones adversas que vivían. Después de un largo recorrido se instalaron y se posesionaron inicialmente en varias actividades, en Lorica y Cerete, centros de movimientos comerciales entre la gran ciudad y las provincias. Este estratégico punto de ingreso y salida hacia Cartagena a través de La bahía de Cispatá, donde las cristalinas aguas del mar Caribe y las dulces de la ciénaga La Caimanera, permiten convivir con ese mágico lugar adornado por bellos contrastes de colores, la riqueza de su fauna y la exuberancia de la flora.
Esas circunstancias prodigadas por la naturaleza, han vigorizado el espíritu luchador y la progresión de los cordobeses, que valoran también la pujanza y la experiencia antioqueña, cuyas iniciativas han impregnado de energía, los diferentes sectores económicos. Estos factores han sido fundamentales para la proyección de esta ciudad edificada y orientada por personas interesadas en la transformación y la creatividad para enfrentar las nuevas alternativas que el desarrollo ha exigido en estos últimos años.
Asociando armoniosamente tantos recuerdos de Montería, al llegar me impresioné, con el nuevo modelo de ciudad intermedia y el destacado desarrollo urbano, comercial y vial que encontré. En mi mente aparecieron momentos de aquellos tiempos en los cuales dilucidaba senderos para encausar mi desarrollo empresarial, a través de los conocimientos y las experiencias de varias personas emprendedoras de esa encantadora y pujante localidad que en cortos años ha tenido una transformación inusitada.
Escuchando a grandes amigos vinculados a diversos sectores económicos con quiénes sostuve interesantes conversaciones sobre diferentes temas, logré aclarar conceptos y obtuve el acervo afectivo que me llevó a concluir que todo ese periplo emocional y productivo realizado en la tierra de ancestros Zenúes e inmigrantes, contribuyeron con el encadenamiento de mis realizaciones, debido a las nuevas inquietudes y retos que encontré. Tengo que reconocer que dicho aprendizaje se convirtió en la gran fuerza inspiradora que afanosamente buscaba, para afianzar mis proyectos.
Esa experiencia maravillosa me impregnó de energía y fomentaron perennes agradecimientos por las sabias orientaciones recibidas; no puedo desconocer que siempre es motivante conversar con personas que luchan diariamente por sus objetivos y fomentan esperanzas en los corazones inquietos, antes de culminar la tarde.
Sin andar auscultando a fondo sobre la evolución de Montería, logré captar en esa ciudad y sus alrededores, una inmensa admiración por las obras ejecutadas en la ciudad y por los personajes que la han proyectado y reconstruido. Con la inteligencia y la audacia que los acompañan, enfrentaron grandes desafíos buscando el mejoramiento de las condiciones de vida, a través del trabajo, las inversiones y la educación, soportes del progreso social, el equilibrio ambiental y el desarrollo económico que encauza el próspero destino, producto de la voluntad, la mentalidad innovadora y la firme decisión de cambio como única constante.
Las Administraciones municipales y Departamentales se han interesado en proyectar la ciudad con atrayentes y significativas inversiones para catapultarla hacia niveles superiores de acuerdo a las prioridades del entorno y engalanarla con grandes atractivos como el Parque lineal denominado La Ronda del Sinú, que se construyó buscando incorporar el río Sinú que nace en Antioquia, atraviesa Córdoba y desemboca en el mar Caribe, a la dinámica urbana que proyecta su desarrollo social concebido desde la propia cultura y la noción de responsabilidad individual y colectiva con el bienestar general como propósito fundamental, el cual garantiza y proyecta la salud, la educación, las viviendas, los bienes de consumo y el cuidado del medio ambiente
Sus atractivos espacios públicos recuperados, adornados con la preciosa arborización de la ribera, motivan agradables caminatas, esparcimiento y el disfrute sano de las plantas y los animales en su hábitat que nos muestran la necesidad de tomar conciencia del medio ambiente y la preservación de los espacios naturales. Gracias a la infraestructura construida en las orillas del río, es fácil el acceso a los planchones como transporte y comercialización de productos autóctonos en la impetuosa corriente que enseñorea el ambiente de los eventos culturales y ambientales que muestran el patrimonio y los valores olvidados de la naturaleza en las propias entrañas de la ciudad
Montería se convirtió en el centro político, administrativo, comercial y epicentro de la educación superior como agente de cambio social y promotora de desarrollo del departamento, de la región de Sucre, el Urabá antioqueño, el Chocó y del bajo Cauca. En los últimos años, la ciudad ha recibido importantes transformaciones que han sido fundamentales para el desarrollo económico-social, por esa razón ha logrado la preponderancia como punto regional atrayente, en el cual convergen para dilucidar y solucionar inquietudes, los cordobeses y los habitantes de los departamentos aledaños
Todo ese proceso de crecimiento de Montería se ha logrado al incentivar la educación, eficaz instrumento dinamizador que desarrolla y promueve la estructura social, cuyos miembros se han organizado con la loable finalidad de satisfacer las necesidades básicas, reducir la pobreza y las desigualdades, a través del conocimiento, la creatividad y la transformación como agente catalizador de fundamental importancia para orientar la progresión económica de la región
Así como han surgido a través del tiempo, los grandes aportes de Alcaldes y Gobernadores interesados en la proyección de la ciudad y la conciencia ciudadana, la educación ha sido vital para subsanar inquietudes y avanzar con los diferentes procesos que requiere la comunidad, a través de los centros académicos que ofrecen el conocimiento, con el vigor de los sistemas educativos.
El Doctor Elías Bechara Zainúm, filántropo y químico-bacteriólogo, de ascendencia libanesa, que nació en 1920 en Santa Cruz de Lorica, fundó en 1964 la Universidad de Córdoba y en 1974 la Universidad del Sinú, de carácter privado en Montería. A este educador reconocido por su afabilidad y entrega al servicio social, Dios le concedió el privilegio de recibir, durante todo el tiempo, invaluables reconocimientos por ser auspiciador de prosperidad y arquitecto de la proyección social de su Departamento, a través de la inspiración que genera la educación
El compromiso con su gente lo llevó a trazar la ruta clamorosa de su programa en todo el Departamento con el fin de brindar oportunidades a los necesitados, similar al espectáculo majestuoso del crepúsculo que entraña y renueva las nuevas esperanzas diariamente. Hoy día es reconocido el salto de transcendental importancia logrado al posicionar exitosamente esa bella y productiva región, frente a la realidad socioeconómica de la Costa Caribe. Su generoso periplo a lo largo de la vida, dirigido a incentivar la educación y el despertar de un pueblo, es reconocido por todos, igual los colosales esfuerzos que invirtió en la gestación de las Universidades de Córdoba y Sinú, buscando estimular el pensamiento tolerante, comunicativo y abierto de estudiantes, profesionales y académicos, interesados en trascender a través de las diferentes posibilidades que el cambio continuo genera, cuando se logra la formación integral que exige el mercado laboral nacional o internacional
Las circunstancias difíciles que se le presentaron a nuestra filántropo y adalid de la educación en su largo periplo, nunca lo amilanaron, su vasta experiencia le mostraba que las nubes oscuras no ocultan por periodos largos las estrellas, ni evitan que el sol brille. El coraje, la intuición y el ánimo inquebrantable que mantenía sustentado por su visión mental positiva, le permitió enfrentar con ahínco los altibajos que se le presentaban y cautivar con estilo único, nunca antes visto en Córdoba, el cariño de un pueblo agradecido por la grandeza de sus actuaciones y la nobleza de sus sentimientos
A pesar de sus múltiples ocupaciones, disfrutaba momentos inolvidables en Coveñas, donde compartía sus reuniones familiares y caminaba por la playa en las mañanas frescas, agarrado de la mano de su esposa, ” donde la arena es la novia del mar”, como lo expresa en una de sus obras musicales, enlazada por hermosos versos que brotaron de su oído nato e inspiración fecunda. Allí construyó una casa señorial a poca distancia de donde se encuentra la biodiversidad de animales, plantas, hongos y microorganismos que conforman ese mundo natural con su olor peculiar
Recibió la admiración y afectos desbordantes su adorado y agradecido pueblo y el amor íntegro de su esposa Saray Castilla de Bechara, quién lo ayudaba con firmeza a dilucidar en privado sus preocupaciones para encauzar con el fervor de su alma, la transformación de la sociedad en el que se empecinaba a través de la educación. Esa unión sustentada por enraizados principios, mantenían colmados de paz y alegrías, sus corazones eternamente enamorados
Siempre acompañado por el cariño de sus orgullosos hijos, unidos por cimentados ideales y espíritu de colaboración con los desprotegidos, ejercen la encomiable labor que contiene sensibles cánones de entrega a la causa heredada de su ejemplar progenitor, del cuál aprendieron la simplicidad de sus magnas actuaciones, propias de un ser humano formado y transparente, que nunca se doblegó ante la adversidad que afrontó en los atardeceres de su vida. Su integridad y persuasión, facilitaron el apoyo vehemente a sus encomiables proyectos sobre la educación, factor influyente en la cultura, herramienta de cambio y valor de la sociedad
Para El Dr. Bechara, la vida está representada en acciones, no en palabras. Su mundo interior inagotable, sustentado por inspiradoras convicciones, iluminaron la ruta de sus sueños y la paz interior que siempre lo acompañó